Formó parte de los vendedores de un histórico "point" en calle Saenz Peña al 2000. En febrero el propio intendente Montenegro encabezó la demolición. Se habían producido 3 asesinatos en los últimos años.
Un hombre que se dedicaba a la venta de drogas en uno de los sectores más peligrosos de Mar del Plata declaró como arrepentido y recibió una pena menor por contribuir para que la Justicia conociera como operaba la organización que lo incluía.
La calle Roque Saenz Peña a la altura del 2000 se ubica en el límite de los barrios San Martín y El Progreso. Un par de casas de colores refulgentes hicieron de esos 100 metros uno de los puntos más peligrosos en mapa del hampa y en especial de la venta de estupefacientes. Tan así que entre el año 2017 y el 2019, en un perímetro de unos pocos metros fueron asesinados Daniel Alvarez Romadan, Lucas Rosales y José González, todos homicidios relacionados con el narcomenudeo.
Meses atrás esos “points”, o lo que es lo mismo decir “punto de venta de drogas”, fueron demolidos por el estado Municipal al comprobarse que las casas empleadas para ese fin estaban construidas sobre terrenos fiscales.
La investigación comenzó en el año 2019 en la fiscalía de Estupefacientes de Mar del Plata donde, una vez más, se focalizó sobre la actividad en esa cuadra. Ya se habían realizado allanamientos y se habían dictado incluso algunas sentencias. Pero la regeneración del “puntero” siempre existe a impulso de la demanda.
Lo cierto es que el 16 de mayo ese año, personal policial de la Delegación Departamental de Investigación del Tráfico de Drogas Ilícitas allanó la casa que existía en Roque Saenz Peña 2060 y detuvo a un hombre de más de 50 años, sin antecedentes, aunque sí con problemas graves de consumo. La policía encontró 38 envoltorios de cocaína y un arma de fuego, además de la confirmación del funcionamiento del “point” por otras evidencias incontrastables. También fue hallado un revólver calibre 32.
Tras su posterior libertad, el hombre regresó al mismo domicilio y en el mes de septiembre volvió a ser detenido en circunstancias similares.
Si bien al mismo tiempo avanzaban otras causas, el detenido, al ver una situación sin salida en su relación con las drogas, aceptó acogerse a la figura del arrepentido (tal lo previsto en el artículo 41 del Código Penal de modificación en el año 2016) y brindó información para reducir el monto de su pena. Vale aclarar que este hombre no era el propietario del point sino quien lo trabajaba, en ocasiones bajo el influjo dominante de la necesidad por seguir consumiendo.
A partir de la declaración se pudieron conseguir elementos incriminatorios contra otras personas que permitieron la formación de una nueva causa. Al cabo de unos pocos meses los “patrones” del arrepentido fueron atrapados.
Finalmente el 25 de marzo de este año, en un operativo del que participó el propio intendente municipal Guillermo Montenegro, fueron demolidos los domicilios desde donde se vendía la droga a nivel barrial y que tantos hechos violentos había causado.
El hombre arrepentido fue considerado autor penalmente responsable de los delitos de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización (dos hechos) y tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil, y recibió una pena de tres años de prisión con más el mínimo de la multa establecida por la ley.
La figura de imputado colaborador o arrepentido es de gran importancia para las dos partes, ya que a la Justicia le permite avanzar con nueva información sobre otros responsables. En tanto, para el imputado es la posibilidad de obtener una mejor condición de condena.
Pero además lo relevante es que puede ayudar, como en este caso, a quienes son el último eslabón del negocio de la droga: los consumidores que son captados para la venta. Aunque en este caso aún no se solicitó, el arrepentido puede pedir ser incorporado al Programa de Protección de Testigos.
Sobre el mapa de homicidios de los últimos años pueden localizarse los tres homicidios en Saenz Peña al 2000.